domingo, 13 de febrero de 2011

Risas

Río cada vez que tengo ocasión. Al levantarme, mientras me ducho: bailo al prepararme el desayuno y canto siempre que puedo. Necesito sentirme viva, vital, alegre y feliz. Siempre, a cada instante, a cada segundo. Necesito las risas en mi vida tanto como el amor, como el aire y como el agua. Busco esos pequeños detalles que me encantan, hago locuras cada vez menos esporádicas para reírme a carcajada limpia, y, por qué no, sacar más de una sonrisa a los que me rodean. Y antes de dormirme, repaso en mi cabeza todos los buenos momentos del día, los sentimientos agradables, el último abrazo, un beso de buenas noches. Para mí, es vital.

Y hay malos momentos. Hay días en los que desearía no haberme levantado, horas que se pasan sumergidas en lágrimas y minutos interminables de angustia y pesar. Y sin embargo, todo ello, pasa; suave, leve, mejor. Una sonrisa después, miles de alegrías que quedan por contar, que me esperan a la vuelta de la esquina, y que hacen mis penas un poco menos amargas.

Porque dejó de dolerme la cabeza desde el momento en el que me empecé a reír.

Tengo una sonrisa para regalarte
Tengo mil cartas de amor...

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