lunes, 12 de diciembre de 2011

Sonrisa

Enciendo velas en la madrugada, voy deshojando flores en mi almohada, mirando al techo me dejo llevar a otra realidad...y observo al sol que entra por mi ventana, que me despeja y renueva mis ganas; miro al espejo y me pregunto qué me espera fuera. 
Y siento todo tan brillante y tan magnético... nada ni nadie puede hacer que me derrumbe hoy. Que tiemble el suelo, ¡que allá voy! Pisando fuerte y sin reloj. 

Al fin se que amanece y me respira la mañana
deshacer las vendas que ocultaban mi mirada
no quiero que la prisa me obligue a no ver nada
por fin la lluvia me toca...

viernes, 9 de diciembre de 2011

Unos minutos

...pero suficiente. Necesitaba verte, aunque sólo fuera ese instante. Lo mejor de todo, es que será tu olor el que me arrope esta noche. 






Qué decir. Simplemente, y lo sabes, me encantas. 

Instinto

No importa. Lo demás da igual. Sigue el instinto, él es sabio, te guiará. Las mujeres tenemos un sexto sentido para eso. Seguridad, es lo más importante. Que cualquier cosa que hagas, estés completamente seguro de hacerlo.

Por eso yo prefiero aprovechar. Disfrutar el tiempo que tengo contigo, saborear esas pocas horas que pasamos juntos. No sabemos a dónde nos puede llevar todo esto, y mentiría si dijera que no me importa: pero nunca lo sabremos, hasta que lleguemos al resultado. Y sí, me arriesgo a sufrir, a llorar, a salir mal parada... nos arriesgamos ambos, los dos, por algo que ni siquiera sabemos bien lo que es. Y ahora, soy yo la que pregunta, ¿y qué?

Quiero arriesgarme. Que sea lo que tenga que ser, que salga como tenga que salir. Sigo mi instinto, mis ganas, y éstas sólo te siguen a ti. Y no quiero preocuparme por un futuro que no sabemos si llegará, y amargar el presente que ahora tengo entre mis manos. Lo he dicho, muchas veces: el mañana no vale nada hasta que no se convierte en el hoy. Porque puede que en dos semanas todo haya acabado, o puede que termine profundamente enamorada de ti. Eso, nadie puede saberlo.

martes, 6 de diciembre de 2011

En dónde me he metido

Confieso que hay una parte de mí que no para de preguntárselo. Es como apenas un susurro, ni siquiera llego a escucharla, salvo en algunas ocasiones en las que me encuentro demasiado sola, demasiado pensativa. Esa parte insegura, que duda, que teme, que tiene un miedo terrible a que todo salga mal, a estar engañándome a mí misma y estar engañándote a ti también, de paso; un miedo terrible a no ser lo suficientemente madura, a acabar mal, de no saber distinguir las cosas.

Pero después, casi de inmediato, surge esa otra parte. Esa parte que se queda a vivir conmigo, que nace desde lo más profundo de mi ser, y que me llena de una alegría inmensa; que rememora cada detalle vivido, que revive el tacto en mi piel de tus manos, en mis labios de los tuyos. Y es entonces cuando mi corazón late a mil por hora, y cuando me pregunto seriamente si en este mundo puede haber una sensación mejor. Cuando me doy cuenta de que todo lo que me han contado sobre el amor, todo lo que había imaginado, se queda corto a tu lado. Y eso, que aún no sé muy bien qué es exactamente lo que siento.

La felicidad de tenerte, la nostalgia cuando no estás, las ganas de ti constantes. Eso es de lo que estoy completamente segura.



Dios, ni te imaginas cuánto te echo de menos.  

sábado, 3 de diciembre de 2011

Tiempo

Que cuando acabe, se acabó. No quiero adelantar el tiempo, no quiero correr. Lento, despacio. Al golpito, como tú siempre dices. Cuando tenga que terminar, terminará: nunca antes. En esta vida nada es eterno, todo tiene un principio y un final. El truco está en saber aprovechar y disfrutar esos momentos que tenemos, en saborear los instantes, tanto los dulces como los amargos. Que el mañana aún es demasiado incierto, hasta que no se convierta en el hoy.

.
.
.

Pero, aún con todo, no se me quitan esas ganas locas que tengo de ti.