jueves, 7 de julio de 2011

Verano

Añoramos los días de verano, siempre que no los tenemos al lado. Pensamos en lo felices que somos en vacaciones, en lo que disfrutamos del tiempo libre, de los amigos, del sol, de la playa, de todo lo que esté en nuestro alcance. Nos pensamos lejos de las obligaciones, lejos del estrés, y pensamos que nunca estamos mejor en nuestra vida como en verano.

Y, para mí, tiene una parte amarga. No lo niego, adoro el verano, como la que más. Pero siento la espinita de la añoranza. Es tiempo libre que podría compartir con mucha gente que ahora no está a mi lado, por un motivo u otro. Y soy egoísta al pensar y sentirme así, pero no puedo evitarlo. Los echo de menos. Y a pesar de que casi toda yo disfruta a cada segundo, minuto y hora del día el tiempo que me queda, otra minúscula parte de mí espera que esos días pasen rápido, y que pronto pueda volver a ver el rostro de aquellos a los que echo en falta, sonreír junto a ellos, bromear, ¡¡buenos días!! y quizá escapar de algunas cosquillas, por qué no. Porque cada vez son más las caras que echo en falta.

Sí, hoy estoy un poco melancólica... no habrá imágenes ni canciones que recordar hoy, aunque no me siento especialmente triste. Simplemente, echo de menos a demasiada gente. Es lo que tiene querer a tantas personas, ¿no?