Susurro tu nombre en silencio, te escondo en cada rincón de mi mente, sueño noche tras noches contigo; dibujo tu mirada en la soledad y perfilo tus abrazos en mi cama. Guardo tu olor en un frasquito de mi memoria, y mi piel recuerda cada caricia tuya. Mi subconciente me juega malas pasadas contigo como protagonista principal, mi corazón de cómplice y yo de víctima: a veces, mi mente intenta resistirse, en vano.
Quedas cerca. Demasiado cerca. La caída ya es inevitable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario